viernes, 17 de julio de 2009
DOGVILLE
Von Trier, tras crear el manifiesto Dogma, lo tira a la basura sin contemplaciones, en este genial cuento moral brechtiano donde los decorados brillan por su ausencia para no desviar la atención de los personajes. Dogville, una de las películas más pesimistas que recuerdo, no sólo critica a la sociedad americana como tanto se ha dicho, sino a toda la humanidad, pues, en mi opinión, su premisa es: ¿Qué pasaría si Dios (el mafioso James Caan) mandara a su único hijo (Nicole Kidman) a la Tierra? Dog es un anagrama de God, y Dogville es lo opuesto a la Ciudad de Dios, una ciudad de hombres miserables e indignos de redención.
Etiquetas:
Cine,
Crítica,
Espiritualidad,
Filosofía
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