jueves, 3 de marzo de 2011

CISNE NEGRO: UN CUENTO DE HADAS MODERNO


Tras un aciago 2010 en que muy pocas películas lograron realmente emocionarme ("Un hombre soltero", "Las múltiples vidas de Mr. Nobody" y poquita cosa más), el 2011 ha arrancado muy prometedor ("También la lluvia", "Monstruos", "De dioses y hombres", "127 horas") y ya nos ha obsequiado con su primera maestra: "Cisne Negro".

Y eso que los productores, supongo que con la intención de captar público, montaron un trailer que me hacía temer lo peor, algo así como “Showgirls con tutú”. Sin embargo Aronofski añade una tercera obra maestra a su granada pero escasa filmografía (las otras dos son "Pi" y "Requiem por un sueño").
Un complejo guión en que realidad, ficción y metaficción se entremezclan, la soberbia dirección (como suele ocurrir tristemente olvidada por la Academia de Hollywood que prefirió la convencional El discurso del Rey), la impresionante fotografía (los opresivos encuadres, la inquietante cámara en mano, los omnipresentes juegos de espejos que no habían sido tan bien utilizados desde "La Dama de Shanghai"), la maravillosa música del habitual Clint Mansell y la magnífica interpretación cargada de matices de Natalie Portman, hacen de "Cisne Negro" una película casi perfecta a la que sólo le pongo peros en unos pocos momentos puntuales de truculencia excesiva.

"Cisne Negro" es una de las mejores películas de la historia del cine en torno al jungiano tema de la sombra (en dura competencia con "El Club de la Lucha", "Carretera perdida", "Mulholland Drive" y "Una historia de violencia"). Recordemos que la sombra es, en pocas palabras, la parte de nuestra psique que el ego reprime y que queda relegada a nuestro inconsciente. El concepto de sombra de Jung ha sido abundantemente tratado por la literatura ("El Doctor Jekyll y Mr. Hyde"), el cine ("La Guerra de las Galaxias", además de las antes citadas, y no puedo evitar mencionar mi modesta contribución al tema con el cortometraje "Sombras") y el comic ("Hulk"), pero en donde primero aparece este arquetipo es en la mitología y los cuentos de hadas. Por ello, Aronofski bebe de esas fuentes primigenias y nos presenta un oscuro cuento de hadas protagonizada por Nina Sayers (interpretado por Natalie Portman, la nueva princesa virginal del Hollywood actual, destronando a Winona Ryder que en la película interpreta, en un gran acierto de casting, a la anterior cabeza de cartel de la compañía), niña modélica, como su nombre indica, siempre vestida de blanco virgen y recluida del mundo real, como una bailarina de una caja de música, en su habitación repleta de peluches. Su represora madre, la bruja del cuento, la ha convertido en ese cisne blanco de personalidad complaciente, sexualidad reprimida y obsesionada por el control y la perfección.

La oportunidad de complacer definitivamente los designios de su madre, convirtiéndose en la bailarina estrella que aquélla no lograra ser, surge cuando consigue el papel de bailarina principal en “El Lago de los Cisnes” de Tchaikovski. Pero como dicho papel es de naturaleza dual y tiene que interpretar tanto al cisne blanco como al negro, será a la vez la oportunidad para manifestar el lado reprimido de su personalidad, que en su caso se trata de la sexualidad, la espontaneidad y lo instintivo. Nina se embarca en una lucha esquizofrénica y obsesiva entre su yo consciente (el cisne blanco) y su sombra (el cisne negro). El inconsciente de Nina se va manifestando cada vez con mayor frecuencia y ella es presa de un proceso de transformación tanto interior como exteriorª (impresionantes los efectos visuales que, en ciertos momentos, nos hacen recordar a los de otra película sobre la sombra: "La Mosca" de David Cronenberg). Nina se da cuenta de que liberar su lado oscuro es el único camino para seducir al príncipe, para liberarse del hechizo de su represora madre y, en definitiva, para madurar y alcanzar la individuación.

En un impresionante clímax, Nina logra integrar las dos facetas de su personalidad, el cisne blanco y el negro. Para los alquimistas el cisne representa la unión de los contrarios, y una personalidad equilibrada debe necesariamente asumir dicho principio para alcanzar la totalidad. Sin embargo, el sacrificio que Nina tendrá que hacer para lograrlo será muy grande, pero como ella misma dirá en un momento de la película, también extraordinariamente bello,dando lugar a uno de los finales más sublimes de los últimos tiempos, digno colofon de una película memorable.
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ªDos apuntes al respecto: ´1. La simbología de las uñas en interpretación de los sueños tiene que ver con conflictos familiares. 2. En inglés "la piel de gallina" se dice "goose bumps", es decir, alude al ganso, pariente cercano del cisne