This is it. Los Pearson se han ido. Y han dejado un enorme vacío en mi corazón. Durante seis temporadas han compartido sus vidas, sus sueños y sus decepciones conmigo. Me han hecho reír y me han hecho llorar. Y cómo. Y cuánto.
Podría ponerme técnico y pedante y hablar de un equipo técnico y artístico en estado de gracia, de la impecable construcción psicológica de sus personajes y lo coherentes que eran sus arcos de transformación, de la brillante estructura narrativa de toda la serie y de cada uno de sus episodios con sus intrincados saltos temporales (con la enorme complejidad que ello conlleva en términos de plan de producción). Pero This is Us no es eso, o no sólo eso, porque This is Us está hecho con mucha cabeza pero es, sobre todo, alma y corazón. Es una celebración de la vida, una lección magistral sobre su sentido y una oda a la familia. This is Us habla de lo que significa ser padre, ser madre, ser hijo o hija y ser persona. Habla, en definitiva, de ti y de mi, de todos nosotros.
Gracias Jack, Rebecca, Kate, Randall, Kevin y todos los demás. Os echaré de menos. Gracias por recordarme lo que es importante. Gracias por hacerme un poco mejor persona.
Así queremos ser. Así somos. This is Us.